sábado, 26 de marzo de 2011

RECUERDO FELIZ


Una de las experiencias mas gratificantes de mi vida, ocurrió cuando tenía nueve años y cursaba cuarto de primaria; fui seleccionada para hacer parte del equipo de baloncesto de mi escuela; para mi fue una felicidad muy grande pues desde que estaba en segundo de primaria me había presentado para participar pero no tenía la edad suficiente. Recuerdo tanto que estábamos en la clase de biología cuando entro la profesora Doris que era la encargada del área de deportes en la escuela y empezó a nombrar los seleccionados para participar de los intercolegiados; cuando escuche mi nombre sentí una felicidad inmensa.
Ese día por la tarde tendríamos una reunión todos lo seleccionados para empezar  con el entrenamiento. Yo no veía la hora de llegar a mi casa y contarle a mi mami la cual también se puso muy feliz y me dijo que diera lo mejor de mí. Cuando eran las tres ya estaba en el parque, allí la profesora comenzó dándonos unas pautas para llegar a ser unas jugadoras competitivas, para dar todo en la cancha pues en nosotras estaba la responsabilidad de representar a la escuela, luego seguimos con el calentamiento primero trotábamos alrededor de la cancha luego corríamos; para iniciar en si con la clase empezábamos con el manejo del balón, ejercicios de pases y por ultimo lanzamientos del  balón al tablero desde distintas partes de la cancha. Para finalizar la clase jugamos un partido de basquetbol en el cual la profesora nos evaluaba para ver las destrezas de cada una; me acuerdo mucho que en ese partido anote tres cestas, al terminar el juego la profesora me dijo que tenía un buen ataque así que me iba a colocar de defensa.
Esa noche casi no puedo dormir de solo imaginarme como iba a ser el día en que ya me tocara jugar en los intercolegiados; al siguiente dia en la escuela solo hablábamos con mis compañeras del campeonato, de los entrenamientos, en fin tantas cosas que me llenaban de alegría y expectativa.

Los entrenamientos eran cada dos días debido a que en la escuela solo había una cancha para jugar así que un día entrenábamos las niñas basquetbol y el otro los niños futbol. Duramos casi un mes en entrenamientos hasta cuando se llegó en tan añorado día de los intercolegiados. Primero fue la ceremonia de los actos cívicos, luego se leyeron las normas que se debían tener en cuenta en el desarrollo del campeonato y por último se dio la vuelta al pueblo con la llama olímpica.

Ese día tuvimos que jugar tres partidos de los cuales ganamos dos y empatamos una quedando así en la semifinal; al siguiente día jugamos dos partidos los cuales ganamos quedando como campeonas, en el momento en que escuche el ultimo pitazo sentí una felicidad inmensa pues no pensé que íbamos a llegar tan lejos. En el momento de la premiación vi retribuido todo el esfuerzo y las ganas que habíamos puesto en el entrenamiento.

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